Destruir reservas con incendios forestales es una práctica del Cártel Inmobiliario en Puebla
Los incendios en La Calera no son esporádicos, responden a una dinámica de especulación e intereses usureros de un Cártel Inmobiliario en Puebla. A raíz de la denuncia en la Ciudad de México de una organización criminal que especula con el precio de la vivienda y ofrece inmuebles con riesgo de derrumbe por su baja calidad, particularmente en la alcaldía Benito Juárez gobernada históricamente por el PAN (Partido Acción Nacional), a nivel nacional se han podido detectar prácticas semejantes de grandes consorcios inmobiliarios.
En la ciudad de Puebla estas prácticas se han concentrado en construir conjuntos habitacionales residenciales, o fraccionamientos de interés social en zonas naturales protegidas. Es decir, en contubernio con autoridades municipales y estatales se ha deforestado gran parte de nuestro patrimonio ambiental.
Actualmente una de las áreas que se encuentra bajo asedio del Cártel Inmobiliario en Puebla es La Calera, Flor del Bosque, la Malinche y la Sierra de Amozoc. Como ha denunciado en diferentes ocasiones el defensor del medio ambiente Mario Arciniega en esa zona hay dos fallas sísmicas que han sido invisibilizadas para fomentar el desarrollo inmobiliario: la falla de Tepozuchitl y Clavijero afectando a decenas de colonias populares, residenciales y conjuntos habitacionales de la zona nororiental de nuestra ciudad que están en riesgo de una catástrofe sísmica sin precedentes.
El desarrollo de más viviendas en las zonas supra mencionadas son una catástrofe ambiental para el medio ambiente, sin embargo, de llevarse a cabo, son además un riesgo latente para las familias que con mucha ilusión y esperanza han construido su patrimonio en estas reservas naturales.
Puebla requiere un planteamiento serio para proteger nuestras zonas naturales, un programa urbanístico de ordenamiento territorial sumado a políticas públicas para construir vivienda social de bajo costo y buena calidad. La vivienda, el medio ambiente, nuestros recursos naturales y el agua son bienes de un valor incalculable y hay que protegerlo de quienes de manera usurera pretenden lucrar con ellos.