La OMS trabaja en primera línea de la salud en más de 150 lugares y ha logrado muchos hitos en materia de salud pública, entre ellos por ejemplo controlar un buen número de brotes de ébola en África.
La OMS surge en 1851, se guía por la ciencia y cuenta con el apoyo de sus 194 países miembros, sus equipos suelen ir donde otros no llegan.
Cuando, a mediados del siglo XIX, la peste, el cólera y la fiebre amarilla se propagaban en oleadas mortales por un mundo recién industrializado e interconectado, adoptar un enfoque global de la salud se convirtió en una necesidad. Médicos, científicos, presidentes y primeros ministros convocaron urgentemente la Conferencia Sanitaria Internacional de París en 1851, precursora de lo que hoy es la mayor de su clase: la Organización Mundial de la Salud, conocida como OMS.
De los laboratorios a los campos de batalla, la agencia sanitaria especializada de las Naciones Unidas se dedica desde 1948 al bienestar de todas las personas.
¿Qué ha hecho la OMS por el mundo?
La respuesta breve es: mucho. El organismo trabaja actualmente con sus miembros y en primera línea de la salud en más de 150 lugares y ha logrado muchos hitos en materia de salud pública.
Ayuda humanitaria en emergencias
En medio de crisis, conflictos, amenazas continuas de brotes de enfermedades y el cambio climático, la OMS ha respondido.
Desde las guerras en Gaza, Sudán y Ucrania hasta garantizar que las vacunas y los suministros médicos que salvan vidas lleguen a zonas remotas o peligrosas.
Con la asistencia sanitaria enfrentándose a riesgos sin precedentes, la agencia documentó en 2023 más de 1200 ataques que afectaron a trabajadores, pacientes, hospitales, clínicas y ambulancias en 19 países y territorios, con un resultado de más de 700 muertos y casi 1200 heridos.
De hecho, los equipos de la OMS suelen ir donde otros no llegan. Evacuando a pacientes heridos, y proporcionando equipos, suministros y servicios vitales en zonas devastadas por conflictos o catástrofes.
Seguimiento y tratamiento de las crisis sanitarias
Todos los días y durante toda la noche, equipos de expertos de la OMS examinan miles de datos, incluidos documentos científicos e informes de vigilancia de enfermedades, en busca de indicios de brotes de enfermedades u otras amenazas para la salud pública, desde la gripe aviar hasta el ébola o el COVID-19.
La organización se moviliza para prevenir, detectar y responder a los brotes de enfermedades infecciosas, al tiempo que refuerza el acceso a los servicios sanitarios esenciales.
Esto incluye reforzar la capacidad de los hospitales para hacer de todo, desde atender partos hasta tratar heridas de guerra y formar al personal sanitario.
Por ejemplo, en numerosas ocasiones, equipos de la OMS han salido al terreno en apenas 24 o 48 horas para empezar a controlar los brotes de enfermedades mortíferas, como el ébola, que es recurrente en varios países de África, ayudando a los Gobiernos locales hasta que el peligro es controlado y erradicado.
Afrontando la mortal crisis sanitaria relacionada con el clima
La crisis sanitaria relacionada con el clima afecta al menos a 3500 millones de personas, casi la mitad de la población mundial.
El calor extremo, los fenómenos meteorológicos y la contaminación atmosférica causaron millones de muertes en 2023, ejerciendo una enorme presión sobre los sistemas sanitarios y la población activa. Desde los actuales incendios forestales que queman la costa oeste de Estados Unidos hasta las mortales inundaciones repentinas en Indonesia.
Parte de la respuesta de la OMS ha consistido en proteger la salud frente al amplio abanico de repercusiones del cambio climático, lo que incluye evaluar las vulnerabilidades y desarrollar planes.
La agencia también ha trabajado en la implantación de sistemas de respuesta ante riesgos clave, como el calor extremo y las enfermedades infecciosas, y en el apoyo a la resiliencia y la adaptación en sectores determinantes para la salud, como el agua y los alimentos.
La OMS lidera los esfuerzos para que un tratado mundial dé un paso más y más profundo para reforzar la prevención, preparación y respuesta ante las pandemias, muy en la línea de los fundadores de la Conferencia Sanitaria Internacional de 1851.
La organización también trabaja actualmente para alcanzar sus “objetivos del triple billón”.
Establecidos en 2019, los objetivos buscan que, para 2025, mil millones de personas más se beneficien de la cobertura sanitaria universal, mil millones de personas más estén mejor protegidas frente a las emergencias sanitarias, y mil millones de personas más disfruten de mejor salud y bienestar.
