contaminantes emergentes

Los efectos biológicos y las consecuencias para los ecosistemas de los contaminantes emergentes pueden mitigarse gracias a la depuración de agua.

Se estima que actualmente 3 600 millones de personas en todo el mundo ya viven en áreas con escasez de agua por lo menos un mes por año. Pero, según el Informe mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos, para 2050 esta cifra podría ascender de 4 800 a 5 700 millones de personas. Unos datos que pueden agravarse debido a la contaminación del agua, un problema medioambiental de primera línea que acucia tanto a los seres humanos como a la naturaleza.

Este problema -junto con la sequía, el aumento de la población y los cambios del ciclo del agua relacionados con el calentamiento global- pone en riesgo el suministro de agua dulce tanto para el consumo como para otras actividades fundamentales.

Globalmente, más del 80 % de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación. De hecho, un equipo de investigadores del CSIC detectó, en España, la presencia de 59 contaminantes emergentes en áreas de alto valor ecológico, siendo la actividad agrícola y las zonas densamente urbanizadas las mayores fuentes de contaminación.

Se observó que, en el 84 % de las muestras de agua recogidas había presencia de fármacos y cafeína, y nicotina en el 76% de las muestras analizadas. Además de plaguicidas, compuestos perfluoalquiladas (componentes del teflón o de las espumas contra incendios, y utilizados en la industria agroalimentaria y en productos de construcción y domésticos) y otros residuos, como cosméticos.

A esta lista de contaminantes emergentes se suman los microplásticos, partículas de plástico menores de cinco milímetros que están presentes en prácticamente todos los ecosistemas acuáticos.

Aunque su tamaño pueda sugerir lo contrario, los microplásticos representan un riesgo significativo para la salud de los ecosistemas y, potencialmente, para la salud humana, ya que pueden ser ingeridos por organismos acuáticos, acumulándose en la cadena alimenticia.

Su presencia en las aguas, junto con otros contaminantes emergentes, subraya la necesidad urgente de revisar nuestras prácticas de consumo y gestión de residuos para proteger nuestros recursos hídricos.

¿Qué son los contaminantes emergentes?

Imagínate que ésta es tu rutina de noche. Te tomas una medicación en sobre que disuelves en un vaso de agua. Terminas de meter los platos de la cena y ese vaso que acabas de usar en el lavavajillas, añades el detergente correspondiente y lo enciendes. Luego toca lavarse la cara, eliminar con agua y jabón los restos de maquillaje y echarte un poco de crema después. Te lavas las manos porque no te gusta esa sensación viscosa que te deja en los dedos y dejas que los restos desaparezcan por el desagüe.

Has enviado al medio ambiente contaminantes emergentes. Son sustancias químicas que se detectan últimamente en las aguas y cuya presencia puede suponer un riesgo para el medio ambiente y salud humana.

Pese a que se les denomine emergentes, de nuevos tienen poco. Es solo que, hasta hace no mucho, no contábamos con la tecnología necesaria para detectarlos y cuantificarlos en el agua.

Dentro de esta categoría encontramos medicamentos, cosméticos, productos de limpieza, plaguicidas, etc. En definitiva, productos que están en nuestras rutinas diarias, por lo que somos las personas quienes los introducimos en los ecosistemas.

Además, anualmente se producen varios cientos de toneladas de estos productos en todo el mundo, y su fabricación va en aumento debido a un mayor consumo por parte de una población que crece constantemente, así como al descubrimiento de nuevos compuestos.

Los problemas que desencadenan los contaminantes emergentes

A pesar de la baja concentración de estas sustancias, sus efectos podrían ser biológicamente relevantes y producir diferentes efectos negativos sobre los ecosistemas y la salud humana.

Dentro de los contaminantes emergentes hay muchas sustancias que pueden actuar como disruptores endocrinos. Es decir, que tienen la capacidad de limitar, bloquear o interferir con las hormonas del sistema endocrino de los organismos produciendo efectos nocivos a nivel fisiológico, que pueden afectar a la reproducción, al metabolismo, al comportamiento, a la respuesta al estrés y al sistema inmunológico.

Cada vez es más urgente tomar medidas para la protección de los recursos hídricos a través de la depuración o la reutilización, tecnologías que resultan claves para garantizar el acceso a este recurso.

Uno de los retos a superar es eliminación de contaminantes emergentes, incluyendo los Las plantas de tratamiento de aguas residuales están diseñadas para reducir los contaminantes comunes en las fuentes de agua mediante la eliminación de sólidos en suspensión, materia orgánica o nitrógeno y fósforo antes de que se reutilice o se vierta en un río u océano. No obstante, las características de los contaminantes emergentes hacen que sean sustancias difíciles de eliminar durante el tratamiento de aguas residuales convencionales y que se puedan detectar contaminantes emergentes en mares, ríos y, consecuentemente, en la cadena trófica marina. Por tanto, es de vital importancia adaptar y mejorar los tratamientos actuales para que sean capaces de eliminar también los contaminantes emergentes.