Román Sánchez Zamora

La vida se moldea día a día; el entorno social es fundamental, no es producto de la casualidad

-Pensar en el surrealismo como una salida para explicar México, es algo muy simple, hasta falto de sensibilidad para poder estudiar a un país, su pensamiento y su colaboración en el mundo.

-Una sociedad que buscó ser liberada de la opresión con una propuesta de gobierno de emperadores o al menos así ha sido traducida y hasta normalizada con un monarca que los dioses eligieron para dictar los caminos, ese eterno caminar debajo de un dios, no ha sido lo más benéfico porque es algo incuestionable, reprobable y hasta expulsable.

-La realidad del mexicano, con muchos puntos obscuros de la historia, con una burocracia que se inserta y más que vivir discreta, se esconde ante toda mirada más lejana a la justicia y al despojo, para llegar a un tiempo en donde de todo se puede hablar menos del poder, en donde se repiten los modelos de caciques, de los dueños y herederos de la Revolución, aquí no hay metamorfosis o la búsqueda de la justicia, por medio de un proceso.

-La opresión no es un medio ni modo de vida justo para nadie que se llame humano.

Kafka, se sienta y observa alrededor, abre y cierra sus manos como si buscara no dejar salir algo que vive dentro de él mismo.

Siempre la comedia mexicana, en donde se muestra la simpleza de las victorias por la gente considerada buena y con ello se acerca a la religión, el mínimo esfuerzo y la suerte como factores fundamentales de la vida cotidiana del mexicano.

Allí cerrados, encerrados se observa el mundo a través de la televisión y el poder se aleja más de la sociedad formando subgrupos nada identificados a un sistema de nación, sino quien hace negocios está más cerca del progreso.

Kafka escucha, sonríe al lamento de los muertos.