Escenarios

En numerosas ocasiones la crisis hídrica está relacionada con el hambre o la escasez alimentaria.

Hugo Melgar Quiñonez, académico de la Escuela de Nutrición Humana de la Universidad McGill, Canadá, impartio la conferencia “La importancia de la seguridad hídrica para la seguridad alimentaria y nutricional”, en la cual apuntó que pobladores de algunas zonas vulnerables de Latinoamérica se han visto obligados a elegir entre comprar agua o consumir aquella que no es ideal para beber; además, en ocasiones no compran comida “para satisfacer una necesidad tan severa como la sed”.

En el encuentro a distancia -organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM y la Red ILAR (Investigación Latinoamericana Sobre Alimentación en Red)– expuso que el acceso a dicho recurso natural de calidad para consumo humano es un derecho fundamental, razón por la cual debería distribuirse de forma igualitaria.

Esta crisis hidrica genera que pobladores de algunas zonas vulnerables de Latinoamérica se han visto obligados a elegir entre comprar agua o consumir aquella que no es ideal para beber; además, en ocasiones no compran comida “para satisfacer una necesidad tan severa como la sed”.

En América Latina se da el problema que existe en algunas partes del mundo, hay sistemas de suministro que, antes de llegar a aquellas comunidades vulnerables que enfrentan desafíos significativos para acceder al agua potable, se satisfacen las necesidades de las industrias alimentaria y de bebidas –una de las más acaparadoras del recurso–, por ejemplo.

También están los llamados “huachicoleros del agua”, quienes en el trayecto del líquido hacia las poblaciones y comunidades acceden de manera ilegal a los suministros para lucrar.

De acuerdo con el experto, hay situaciones en la cuales la que podría estar disponible para las localidades se canaliza a la producción agrícola. Este sector es estratégico para la obtención de alimentos que debieran llegar a los asentamientos humanos. Empero, en ocasiones esta actividad se dedica a lo que llamamos commodities y el agua se destina a la elaboración de insumos de exportación.

Ante la magnitud de la carencia del vital líquido, su tendencia y la falta de información, es urgente generar más y mejores datos con instrumentos que sean válidos y confiables, y a partir de la perspectiva científica realizar recomendaciones que impacten a la política pública y sus herramientas.

A decir del experto, es prioritario considerar conjuntamente la seguridad hídrica y alimentaria en las políticas públicas y no por separado. Ello fortalecería a ambas necesidades.

En nuestro país, actualmente el gobierno federal enfoca políticas públicas que buscan asegurar el acceso y disponibilidad de agua potable y alimentos, así como en promover la gestión sostenible de los recursos naturales.

En el tema de seguridad hídrica destaca el Programa Nacional Hídrico, que busca mejorar la gestión del agua y la gobernanza en la materia; por su parte en materia de seguridad alimentaria existen estrategias que fomentan prácticas agrícolas sostenibles.

En el tema hidríco una política pública eficiente debe cubrir la gestión del agua, el acceso del agua potable, la infraestructura verdey la gobernanza del vital líquido.

Por su parte estrategias como asistencia alimentaria, fomento a la producción local, alimentación saludable y sostenible y políticas de apoyo a la agricultura familiar son de suma importancia cubrir para mejorar el tema de la escacez alimentaria.

Para lograr políticas públicas eficientes se deben involucrar de manera directa los gobiernos locales, todo problema generacional existente en nuestro país tendría mayores factores de éxitos si sus estrategias nacen desde lo local. Claro para ello se requiere que los Ayuntamientos esten comprometidos con estos temas.

Promover la coordinación entre Gobierno, sociedad civil, sector privado, instituciones académicas y la población en general para sensibilizar sobre los efectos de estas problemáticas en el bienestar de las personas y la importancia de implementar acciones, será fundamental para el éxito de estas estrategias y políticas públicas.

En resumen, las políticas públicas de seguridad hídrica y alimentaria en México buscan construir un futuro más sostenible y equitativo, donde todos tengan acceso a agua potable y alimentos, y donde los recursos naturales se gestionen de manera responsable.

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