Román Sánchez Zamora

La pobreza social se refleja en el actuar, más allá del dinero, como actuamos diariamente

-Nuestra sociedad es multicultural, no es homogénea, como los hay muy devotos a las religiones, pueblos enteros, así como algunos están alejados de ello; el párroco es un personaje muy importante dentro de estas comunidades, para otras lo es el profesor de la escuela, en donde sólo hay un grupo de niños o el director de algún centro escolar, ahora muy anónimos para ciertos grupos de edad y para otros muy manifiestos jóvenes que salen en videos opinando de variados temas sin ser especialistas, y donde todos opinan y se hace un linchamiento, en donde el vitoreo popular está por arriba de cualquier estudio o rama científica.

-El linchamiento social se ha dado hasta por una confusión. Dentro del país existe la máxima que “cuando todos tienen la culpa, nadie tiene la culpa”, y así está en diversos centros de población en donde se toma la justicia por su propia mano.

-La policía, los militares a cierta distancia sólo observan, a la multitud, hasta que se cansan y Hefesto, dios de griego del fuego, se aparece; las naves aéreas llegan a la distancia y la turba comienza a alejarse, y donde una llamada de auxilio por medio de una campana marca el inicio de esas persecuciones para que la gente se sienta segura y mantenga alejados a esos grupos delictivos, así vive el país.

Jorge se preocupa y observa a William.

-Muy preocupantes palabras, que causan dolor y eco profundo entre las sociedades que repiten los modelos de conducta de las masas, ante el peligro, ante la vacuidad de conciencia social.

-Los modelos se repiten, se gritan, se toman, pero al final se huye a la responsabilidad.

-Aquí desde los niños, repiten los modelos vistos en casa y los personifican en juegos y en su vida adulta.

-Vida, ¡sorpréndeme más!