En el marco de la celebración del Día Mundial Metropolitano, una iniciativa de ONU-Hábitat que conmemora la Declaración de Montreal sobre Áreas Metropolitanas celebrada en 2015 en Canadá, resulta necesario reflexionar sobre el impacto y la importancia que el fenómeno metropolitano representa para la vida diaria de 82.5 millones de personas que viven en las 48 zonas metropolitanas de nuestro país.

A casi un año de que el Grupo Interinstitucional —conformado por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU)— redefinió las categorías para las metrópolis mexicanas, se identificó en nuestro estado tres zonas metropolitanas y dos zonas conurbadas en donde habitan poco más de 3.4 millones de personas, equivalente al 51.76% de la población estatal.

La Zona Metropolitana de Puebla-Tlaxcala es la de mayor concentración poblacional en nuestra entidad con 2.4 millones de habitantes, y la segunda de mayor complejidad a nivel nacional por el número de municipios que la conforman. 

Es por ello que la Comisión de Ordenamiento de la Zona Metropolitana instalada en 2022 pone de manifiesto que es posible crear esquemas de coordinación en donde intervengan un gran número de gobiernos. Además, se rompe con el discurso de la dependencia del voluntarismo político ante la responsabilidad legal que tienen las instituciones del Estado para atender la planeación metropolitana.

Con ello, fue posible consolidar el primer Programa Metropolitano interestatal del país bajo este esquema de colaboración, resultado de un proceso de planeación iniciado hace poco más de tres décadas y materializado durante los últimos años por el Gobierno Federal, los 39 municipios metropolitanos y los gobiernos estatales de ambas entidades. 

Dar continuidad al proceso de coordinación metropolitano representa la oportunidad para las nuevas autoridades de implementar esquemas innovadores de gobernanza, que incorporen la participación de los diferentes sectores de la sociedad ante los desafíos que hoy representa nuestra metrópoli.

La construcción de una Agenda Metropolitana, la protección de las áreas naturales protegidas de la Malinche y el Izta-Popo, atender la contaminación de la cuenca del Atoyac, resolver la necesidad del manejo y disposición de los residuos, establecer estrategias de movilidad sustentable, brindar seguridad pública a la población, y garantizar el acceso a la vivienda son algunos de los retos a enfrentar.  

Como un ente de liderazgo académico y compromiso social, la IBERO Puebla exhorta a los tres órdenes de gobierno próximo a entrar en funciones, a continuar los trabajos de la Comisión Metropolitana, instalando el Consejo Consultivo de manera plural e impulsando la visión metropolitana en la agenda de gobierno y desde el marco de actuación institucional. 

Lo anterior es necesario para el desarrollo de políticas públicas de impacto metropolitano sin distingo de la filiación partidista, pues se está ante la oportunidad histórica de consolidar un modelo de Gobernanza que atienda los desafíos comunes y construya una visión compartida en favor de un desarrollo sostenible de nuestra casa común.