Román Sánchez Zamora

Para muchos cuánto tienes, cuánto vales; para otros cuánto sueñas, anhelas y haces vida

-¿Y cómo pudiste perder todo y después levantarte?
– Sobrino, nunca perdí algo.

-Algunos dicen que la vida son ciclos, yo quisiera ver que un día eres ingeniero y al otro día, eres estudiante y vuelves a ser ingeniero exitoso la siguiente semana, es una forma simplista de justificar un trabajo que no es constante y que no se estudia de manera permanente, porque cuando eres un ser que busca la independencia debes ser el más observador; algunos buscan que sus hijos sean empresarios cuando ellos no lo han sido y quizá el hijo desea ser un artista de la música.

El joven se retiró con más dudas que respuestas.

– No le metas ideas a mi hijo en la cabeza, quizá por eso la vida te quitó los que tenías.

Se retiró su hermano, molesto.

– Tu tío siempre ha sido un presumido, ya se le olvidó que yo le presté las mil unidades de oro con las que comenzó.

Tomó el trago de coñac, se retiró y lo regresaron esa misma noche en un féretro, bebió y esta vez encontró a alguien más agresivo que él en ese bar.

– Tú no tienes la culpa sobrino, seguro te habló de una deuda que tengo con él, le pagué más de veinte veces, y si me lo volviera a pedir le daría veinte veces más, pero ni así regresará, pero tú eres su hijo y con gusto siempre te apoyaré.

– ¿Entonces, para ti qué es perder?

– Hoy perdí, era mi único hermano, fueron mis dos hijos y los perdí, cuando crees que tienes o pierdes dinero, no te pones a pensar que en realidad ganaste, porque solo no ganaste dinero, pero tienes más vida para volverlo a intentar, pero debes estar seguro de que lo que buscas es dinero.

– Hoy mi vida cambió