Los movimientos socioambientales en Puebla son una problemática de gobernabilidad mesopolítica

Los movimientos socioambientales en Puebla representan un desafío clave para la gobernabilidad mesopolítica, pues abordan la urgente necesidad de proteger los recursos naturales ante los efectos del cambio climático y la creciente explotación industrial. En este contexto, las luchas por el territorio y el agua son las más visibles, y a menudo, las más violentas.

Uno de los problemas más graves en la capital es el Río Atoyac, considerado uno de los ríos más contaminados del mundo. Este cuerpo de agua, que cruza varios estados, ha sido afectado por industrias irresponsables y autoridades permisivas, poniendo en riesgo tanto a la población como al ecosistema. La falta de acción efectiva para limpiar y proteger el río es un claro ejemplo de la debilidad de la gobernabilidad ambiental en la región.

La especulación inmobiliaria en el área metropolitana también ha exacerbado la crisis ambiental y social. El llamado Cártel Inmobiliario ha desplazado a comunidades y provocado una crisis de acceso a la vivienda digna. A esto se suma el deterioro de los niveles de agua en la presa de Valsequillo, afectada por la sobreexplotación y contaminación. La privatización del servicio de agua a manos de Aguas de Puebla, una empresa ligada al Grupo Atlacomulco, ha resultado en un servicio deficiente y costoso, agravando aún más las desigualdades sociales.

En las zonas rurales, la Sierra Norte se ha convertido en un foco de resistencia contra el extractivismo, especialmente en los municipios de Cuetzalan e Ixtacamaxtitlán, donde las comunidades se han opuesto a la explotación minera que amenaza sus territorios. La defensa del territorio aquí ha sido férrea, a pesar de los intentos de las empresas por continuar con sus actividades.

Uno de los conflictos más significativos del Estado es el de la Cuenca Libres-Oriental, donde la lucha contra Granjas Carroll y la cervecera Heineken ha escalado en violencia debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Esta situación provocó el asesinato de dos campesinos en una protesta pacífica, lo que demuestra la brutalidad con la que se enfrentan estas luchas y la incapacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos ante intereses económicos transnacionales.

Los movimientos socioambientales en Puebla no solo son respuestas locales a problemas globales, sino también una defensa de los derechos humanos fundamentales. El acceso al agua y la protección del territorio son cuestiones de justicia social que requieren una respuesta colectiva y organizada.

En este sentido, invitó a la comunidad a participar en el Encuentro de Activistas y Académicos por la Defensa del Territorio y el Medio Ambiente, que se celebrará el viernes 20 de septiembre a las 16:30 en el auditorio de la Universidad Alva Edison, ubicado en la avenida 9 Poniente #714, Centro, Puebla. Este encuentro será un espacio clave para unir esfuerzos y enfrentar juntos los desafíos socioambientales que nos afectan a todos.

@ACarvajal06