Una multitud acudió a la casa de la clavadista china de 17 años Quan Hongchan tras ganar dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París, mientras que la gimnasta Zhang Boheng tuvo que esconderse en los baños del aeropuerto de Pekín para escapar de una multitud de fans demasiado entusiastas.
Son tan solo dos ejemplos de lo que los medios estatales llaman «fans tóxicos» y las autoridades chinas prometieron hacerse cargo de ello.
Hay casos de seguidores de las estrellas deportivas chinas que fueron más allá: fans obsesionados con la vida personal de los atletas, ciberacoso a rivales o acusaciones de corrupción a árbitros son algunos de los comportamientos.
Los expertos dicen que este tipo de conductas son parecidas a las que se tenían con los famosos dedicados al entretenimiento antes de que el Partido Comunista, que gobierna China, tomara medidas para controlar el fervor fanático que les rodeaba.
La clavadista Quan ha sido foco de un intenso interés desde que ganó los dos oros el mes pasado en París, que sumó a su título obtenido en Tokio en 2021.
Tal es la expectación que la rodea, incluso con fans esperándola en su pueblo natal de Guangdong, que ella evitó volver a casa.
Esta semana, durante un viaje a Macao del equipo olímpico chino, Quan fue fotografiada llorando después de ser acosada por seguidores en el hotel.
Acoso en internet
Jian Xu, experto en el estudio de celebridades chinas de la Universidad Deakin en Australia, dijo que el aumento de la presencia de las estrellas chinas del deporte en televisión y en redes sociales es lo que les ha convertido en famosos.
Jian llamó a este efecto la comercialización y «la conversión en productos de entretenimiento» de los deportistas chinos.
Hay dos caras de la moneda: mientras algunos atletas fueron elevados a héroes nacionales, otros sufrieron en redes el acoso de los trolls.
El gimnasta Su Weide, de 24 años, fue acosado en internet después de que se cayera dos veces de la barra horizontal durante su ejercicio en los Juegos.
«Él solo arrastró a todo el equipo», se pudo leer un en la red social china Weibo (similar a X), donde otros usuarios le acusan de ganarse la plaza en el equipo por «contactos» en vez de por talento.
En la final de tenis de mesa de mujeres de París compitieron dos deportistas chinas, Chen Meng y Sun Yingsha: mientras que Sun recibió apoyo en la grada y en internet, Chen fue abucheada y acosada en redes.
«Todo el país quería la victoria de Sun Yingsha, ¿cuál es tu sentido de la justicia?» fue uno de los comentarios en Weibo.
Días después, el Ministerio Público de Seguridad de China anunció el arresto de un fan violento en internet.
Desde entonces, al menos cinco personas fueron detenidas o sancionadas por tener como objetivo atletas o entrenadores chinos y ser o formar parte de grupos de seguidores fanáticos con comportamientos abusivos.
Pan Zhanle, el nadador de 20 años que ganó dos oros en los Juegos Olímpicos de París donde batió el récord del mundo de los 100m libres, disolvió su club de fans en Weibo semanas después de su triunfo.
Estos clubes en internet para los fans de las celebridades son conocidos por ser muy leales a sus ídolos, por promocionar y defender a sus estrellas y por difamar a sus competidores.
‘Visión correcta de la vida’
Según el experto Jian, muchos jóvenes se hicieron hinchas de deportistas después de que las autoridades chinas reforzaran la vigilancia sobre los grupos de fans de los famosos del mundo del entretenimiento en 2021.
Las autoridades mostraron su preocupación sobre la influencia de los clubes de fans en los jóvenes y los comportamientos que estos tenían.
Los seguidores se fueron al mundo del deporte al considerar que era «un sitio relativamente seguro debido a la importancia que tienen para el país las estrellas deportivas, se les otorga un alto estatus y son vistos como modelos de comportamiento», dijo el experto de la Universidad Deakin en Australia a la AFP.
Los fans «pueden expresar su orgullo nacional y patriotismo a través del apoyo a estos ídolos deportivos que luchan por China», añadió.
Pero ahora las autoridades parecen pensar que esta conducta de orgullo nacional ha ido demasiado lejos.
La pasada semana, la Administración General China de Deporte (GAS) condenó «la distorsión de la cultura fan» por «dañar la reputación de la industria del deporte».
Gao Zhidan, director de la GAS, también alertó a los atletas de que ellos también pueden tener un comportamiento ejemplar al tener una «visión correcta de la vida y una opinión racional de la fama».
Fuente: AFP / RFI