Se identifican por su vestimenta. Llevan una kufiya palestina al cuello o un broche con las palabras «ni una bomba más». La oposición al apoyo de EE.UU. a Israel se ha hecho un hueco en la convención demócrata en Chicago, encarnada en una treintena de delegados que decidieron no darle su voto a Kamala Harris, en un gesto simbólico con el que esperan llamar la atención de los votantes y la campaña.
El grupo, que se define a sí mismo como un movimiento «antibélico», se ha sentado ya a la mesa con el campaña de Harris para que se escuchen sus ideas y ha logrado convencer a más de 200 delegados de los más de 4.500 que votaron por la candidata demócrata a pronunciarse a favor de un cese al fuego permanente en la Franja de Gaza, según indicó el martes uno de sus líderes, el activista Abbas Alawieh.
Sus peticiones: que el partido, y la candidata demócrata a la Presidencia, se comprometan a conseguir un cese al fuego permanente en Gaza y a congelar el envío de armamento a Israel.
«Queremos que el foco sea la ofensiva situación actual: el hecho de que niños palestinos están siendo asesinados con armas estadounidenses y nuestro partido aún no se ha opuesto” a esta política, explica Alawieh en los pasillos del United Center, el estadio donde se celebra esta semana la convención.
Los delegados propalestina consiguieron que las demandas de los miles de manifestantes que se tomaron las calles de Chicago el lunes se escucharan dentro de los muros del United Center.
Ese día, durante el discurso del presidente Joe Biden, varios de los asistentes levantaron frente al escenario una pancarta que leía “Dejen de Armar a Israel”. La pequeña protesta fue recibida con abucheos por algunos asistentes.
Este miércoles, un grupo de delegados aseguró que la organización de la Convención Nacional Demócrata (DNC) negó la petición de que un ponente palestino interviniera en este cónclave, mientras esta noche los padres de el rehén de Hamás Hersh Goldberg-Polin, que en un emotivo discurso pidieron el fin al conflicto, mientras los delegados gritaban «Qué vuelvan a casa».
La ofensiva de Israel, que ya ha dejado más de de 40.000 muertos y el apoyo de EE.UU. a este conflicto se ha convertido en un problema político para los demócratas de cara a unas apretadas elecciones, especialmente en los estados críticos del Medio Oeste con importante comunidades musulmanas y árabes.
Harris aventaja al expresidente y candidato republicano Donald Trump (2017-2021) por solo tres puntos porcentuales a nivel nacional y en los estados claves de Wisconsin, Michigan y Minesota, Harris y Trump van empatados en intención de voto, de acuerdo con una encuesta de CBS News.
A sus 19 años, Roman Fritz viajó a la convención desde Wisconsin para dejar claro que su «conciencia» no le permite apoyar a una candidata que no se comprometa a parar el envío de armas a Israel.
«Hay miles de niños que están muriendo en Gaza (…) y es por culpa de las bombas y las municiones que estamos enviando a Israel», señaló el joven a EFE.
Fritz no es el único que piensa así. Un 38 % de todos los estadounidenses considera que EE.UU. está «haciendo demasiado» para apoyar a Israel y un 45 % de los votantes menores de 30 años rechaza el manejo que el Gobierno actual le ha dado a la guerra, según una encuesta de ABC/Ipsos y otra de Siena College/New York Times.
Israel es uno de los principales aliados de EE.UU. y recibe más de 3.800 millones de dólares en asistencia militar.
A principios de julio, EE.UU. reanudó el envío de bombas de 500 libras a Israel, después de haberlo pausado temporalmente en respuesta al aumento de las muertes de civiles en el conflicto, según informó el diario The Washington Post.
En el programa electoral para los próximos cuatro años, los demócratas reiteraron la postura tradicional del apoyo a Israel, al mismo tiempo que respaldaron un «acuerdo de alto al fuego inmediato y duradero para Gaza».
En el escenario de la convención, donde se ha insistido en proyectar una idea de «unidad», figuras como el propio presidente Biden, quien dijo que los que protestan «tienen razones» para hacerlo; o el senador progresista Bernie Sanders, que pidió un alto el fuego entre vítores, enfatizaron en estas ideas.
Sin embargo, no se ha hablado retirar el apoyo al Gobierno de Netanyahu, una de las demandas principales de la oposición propalestina.
El líder de los delegados «no comprometidos» tiene esperanza de que, si continúan la presión, el partido podría «actualizar» esta política.
«El equipo de campaña ha estado trabajando con nosotros, lo cual es alentador pero necesitamos escuchar cuál es su nueva» postura respecto al conflicto, subrayó Alawieh.
Fuente: Agencia EFE